sábado, 2 de julio de 2011

Restless Farewell

No nos dieron siquiera tiempo para despedirnos del querido y habitual punto de reunión, quienes se "okuparon" de que nos clausuraran el chiringuito facebookero; ni menos, claro está, chance de recoger los triques, apuntar algunos teléfonos (con pluma y en la palma de la mano, clásico) y dejar pegada con Diurex la cartulina de rigor -"Chavos: nos vemos mañana en los alambres. Avísenle a la flaca"-.
Por supuesto, son chingaderas. Por supuesto; pero, no se crean, queridos censores, que les voy a echar en cara ni la mitad de las mariconadas que han hecho. Si la mezquindad de su infantil criterio les impide entender las reglas elementales con que se defiende una idea y se rebate la crítica, yo no tengo ganas ni paciencia para intentar explicárselas.
Más temprano que tarde, en el mismo espacio, o en cualquier otro, montaremos de nuevo nuestro tinglado. Y si sucede que la gente vuelve a prestar atención a nuestros señalamientos, quizás hasta podremos decir que salimos ganando.
Sin embargo, en cuanto a nivel de relevancia, ese "salir ganando" es algo totalmente secundario; pues, al menos para mí, y en vista de la obvia diferencia de poder político y de recursos entre ustedes y nosotros, lo importante es contribuir a levantar y mantener una red de canales de comunicación al servicio de la crítica pensante, antidogmática, y que de verdad se pueda llamar "universitaria", sin demagogia ni pose.
Supongo que están esperando que les discuta su "gol"; pero yo tampoco tengo la intención de hacerlo: me queda claro que se marcaron su "tanto", pues lo que se ve no se juzga, como dice el dicho. Aún así, yo no creo que tengan mucho qué celebrar, habida cuenta que el face de Auditorio Justo Sierra, con todo y sus mil y pico de "amigos", nunca fue más que una pequeña parte de esa red de la que he hablado, y a cualquiera que haya seguido la actividad de nuestra extinta cuenta, le queda claro que no son escasos los blogs, las columnas periodísticas y otros sitios electrónicos donde se analiza y comenta, cotidianamente, la nociva actividad de la seudoizquierda universitaria.
Y esos espacios -como este blog desde donde ahora escribo- no se han ido a ningún lado, ni se han visto perturbados, en lo más mínimo, por la desaparición de nuestro face.
No voy a ocultar -ni veo por qué habría de hacerlo- que a mí sí me ha dolido, y mucho, la puñalada trapera que nos han asestado, por todos los esfuerzos que se han perdido, sí, pero todavía más porque lo ocurrido me demuestra que cada vez hay menos puntos de contacto entre quienes creemos que la razón es la mejor herramienta para hacer frente a los inevitables problemas y conflictos de la realidad, y quienes creen que el "progreso" es un valor tan absoluto que se vale imponerlo a punta de fregadazos y a base de vergonzosos pactos en lo oscurito.
En este mundo en el que lo que impera es la mutabilidad, que una iniciativa llegue a su final no es nada extraño, y ése es mi pequeño anti-consuelo; al fin y cabo, para allá vamos todos y todo -nomás vean lo que le pasó a la "revolución permanente"-.
"Con el tiempo y un ganchito" -que diría Pedro Infante-, volverá, tal vez, nuestro andante "Auditorio" a sus virtuales caballerías. Ahora que, por otro lado, tal vez los paladines del progreso y la paz con justicia social confirmarán mañana, con nuestro silencio, si no la justeza de sus argumentos, al menos, la eficacia de sus artimañas.
Pero eso todavía está por verse... Y yo no les aconsejaría ser tan confiados.

No hay comentarios: